En respuesta a una amable solicitud efectuada un par de semanas atrás quisiera compartir uno de mis mayores gustos, la música rock. Claro que soy del Magdalena Medio colombiano y por ende amo la música de nuestra costa Caribe y respeto la de nuestras zonas andinas, además he tenido la buena fortuna de haber recibido tres años de intensa formación sobre música sinfónica y de cámara, lo que me permite apreciarlas y hasta sobrevivir a una ópera; y a la hora de la rumba creo nada iguala a la salsa y a todo su entorno antillano (lo lamento con muchos amigos pero nada que me atrapa lo electro). Pero siendo sincero soy principalmente roquero.
Nunca olvidaré a Rainbow (el de Barrancabermeja-Colombia, no el de Hollywood) de donde varias veces fui sacado por la policía debido a mi edad, un bar que para mí era casi un aula donde junto a buenos amigos descubrimos a Deep Purple, Iron Maiden, Judas Priest, Black Sabbath, Pink Floyd, los Rolling… siempre guiados por su dueño Guille y la enciclopedia roquera que tenía en su cabeza. Otro gran maestro era Dani, un precursor del Rock en esas latitudes, al que aún recuerdo alabando la banda sonora de “The Last Action Hero”, y quien además era militante de las Juventudes Comunistas, algo de lo cual nunca hablamos pero que yo sospechaba por la cháchara que hablaba entre canciones cuando tocaba con su muy buena banda “Los Hijos de Caín”. Total esa militancia le costó la vida ya que fue vilmente asesinado por el terrorismo del Estado colombiano a través de su mano paramilitar.
Llegado a este punto he de recordar que el rock ha sido una expresión contracultural y que, apartando unas vergonzosas excepciones, ha desafiado al autoritarismo y ha espetado muchas verdades en cara de los poderosos. En los sesentas con la revolución en la cima de su popularidad vemos a los insuperables Beatles con su himno antipolicial “piggies” (pig significa cerdo y es el nombre coloquial para los policías en inglés) y con su sospechosa indecisión acerca de participar o no en una revolución violenta, tal y como se escucha en “Revolution”; también tenemos a los Rolling Stones diciendo que este es el tiempo para que nos rebelemos en las calles con su “Street Fighting Man” (El peleador callejero).
Llegados los experimentales y reposados años setenta aparecen los máximos exponentes del Rock de la izquierda, The Clash, su claridad y compromiso requerirían toda una tesis doctoral pero me limitaré a señalar que uno de sus mejores álbumes se llama “Sandinista” (original en español), también aparecen los Sex Pistols con su perspectiva anarquista y su denuncia de ese fascismo británico tan bien disfrazado. Además para esa época ya Lennon andaba solo, pues para desgracia de toda la humanidad ya se habían disuelto los Beatles, lo bueno es que John nos siguió maravillando y entre otras cosas compuso piezas como “Power to the People” (Poder para el pueblo) y “Working Class Hero” (El héroe de la clase obrera), canciones cuyos títulos hablan por sí solos.
De los aburridos ochentas solo resalto a los Talking Heads con “Nothing but flowers” (Nada excepto flores) una canción cuyo contenido ambientalista tiene mucho más mérito al ver que aún en el 2010 hay mucha gente que no sabe o no cree que nos estamos autodestruyendo al acabar con el planeta, y claro, que el capitalismo es el culpable de ese suicidio masivo. Así entonces llegamos los maravillosos noventas con sus Rage Against the Machine, una banda poderosísima que nos quitó la venda de los ojos con “Killing in the name” (Matar en nombre de), que nos recordó que la libertad es fundamental con “Township Rebellion” (Rebelión en el poblado), que honró a los valientes zapatistas con “People of the sun” (La gente del sol) y que junto a Michael Moore retó a Wall Street con “Sleep Now in the Fire” (Duérmete en el fuego).También en la década del eterno Kurt Cobain ha de resaltarse el compromiso político del punk norteamericano, en particular de NOFX, Antiflag y Pennywise.
Llegado el 2000, se presenta un fenómeno con dos bandas que hasta ese momento se habían dedicado a la fiesta adolescente pura y dura, pero que al llegar su madurez se politizaron de una manera muy interesante, estoy hablando de los Beastie Boys y de Green Day. Claro que si tienes un presidente como Bush te politizas o te idiotizas. Total que los Green Day alcanzaron el grado de grandes maestros con su álbum “American Idiot” (Idiota norteamericano) y luego se confirmaron con su siguiente y más reciente trabajo, en donde la canción “Know your enemy” (Identifica a tu enemigo) no es otra cosa que combustible para que sigamos la lucha por el bien de la humanidad.
Me despido disculpándome por omitir a los revolucionarios del rap, sobre todo a Run DMC, Public Enemy, Cypress Hill y hasta a Eminen; por omitir a Bob Marley con todo su mensaje antiracista y antifascista, por omitir a Alanis Morissette y a Moby; pero sobre todo por omitir a los que roquean y hacen revolución en español, pero de ellos hablaremos luego, porque mientras existan tantas injusticias se seguirá escuchando al cantor, tanto al acompañado por un requinto como al que toca con una Fender.
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