He tomado prestada la expresión del maestro Gabo para introducir un nuevo tema que quiero compartir y que tiene connotaciones regionales, nacionales y mundiales. Se trata de la muerte anunciada de un planeta entero y todos sus habitantes, de un crimen ecológico que está a punto de cometerse en el departamento de Santander, en donde una empresa minera canadiense, Greystar Resources, pretende convertir un páramo en un gigantesco cráter lleno de cianuro. La gravedad se hace más evidente cuando se descubre que el páramo en cuestión, Santurbán, es el lugar de nacimiento de los ríos que surten al acueducto del Área Metropolitana de Bucaramanga y su millón de habitantes.
Esta criminal iniciativa se halla actualmente en la etapa de trámite de su Licencia Ambiental, requisito que la ley colombiana exige para cualquier actividad que tenga repercusiones en el medio ambiente, grupo dentro del que obviamente se halla la minería a cielo abierto en un páramo tan importante como el Santurbán. Resulta que en desarrollo de este trámite se han de realizar una audiencia informativa, primero, y una audiencia pública. Las dos audiencias son la vía para materializar el derecho fundamental a la participación ciudadana que nos otorga nuestra Constitución Política, por esto mismo ambas han de realizarse bajo el estricto cumplimiento de la normatividad nacional y de los principios del Estado Social de Derecho que todavía es Colombia.
En el caso Santurbán se acaba de realizar la audiencia informativa este tres de noviembre de 2010, en el municipio de California (Santander). Sin embargo es necesario informarle a la opinión pública nacional e internacional, y especialmente a la santandereana, que la Audiencia Informativa reseñada no fue otra cosa que un circo lleno de atropellos a la legalidad y a los derechos fundamentales. De entre las muchas irregularidades que se presentaron destacamos las siguientes:
1. Empadronamiento y toma de datos de todos los asistentes a la audiencia por parte de la empresa Greystar. Entrega de presentes por parte de la empresa y propaganda a favor de la misma, a todos los asistentes.
2. Toma arbitraria e ilegal de fotos, por parte de la SIJIN (Policía), de los representantes de la sociedad civil que se oponen al crimen ambiental que se quiere cometer. Ha de recordarse que cualquier tipo de recolección de este tipo de documentos fotográficos ha de ser ordenada y aprobada por las autoridades judiciales competentes.
3. Toma arbitraria y amenazadora de fotos, por parte de civiles y empleados de la Greystar, de los representantes de la sociedad civil que se oponen al crimen ambiental que se quiere cometer. La toma de estas fotos por parte de los señalados se inició desde el momento mismo de arribar a la audiencia y continuó a todo lo largo de la misma de manera descarada.
4. Ausencia de entidades y autoridades que necesariamente han de participar. Estamos hablando de la Defensoría del Pueblo, la Procuraduría General de la Nación, la Contraloría y sobre todo las autoridades ambientales, en este caso la Corporación para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (CDMB). Sin embargo la ausencia de esta última autoridad es perfectamente comprensible al recordar la sanción que el 22 de octubre esta entidad le impuso por contaminación a la Greystar y el incidente acaecido días atrás, en donde un vehículo de la CDMB fue atacado brutalmente y volcado por una turba en el parque del municipio de California, el mismo donde se desarrolló la audiencia. El anterior ataque ha sido informado debidamente y se esperan resultados en las investigaciones pertinentes.
5. Composición abusiva y artificial del auditorio. La inmensa mayoría de participantes eran los mismos empleados de la empresa extranjera y portaban uniforme de la misma, los habitantes de la zona y demás ciudadanos quedamos relegados a los extrarradios del lugar donde se realizó el evento.
6. Agresiones verbales y físicas en contra de los miembros de la sociedad civil opuestos al nocivo plan de la mina. Primero fueron abucheos a la intervención de una persona, por parte del uniformado auditorio, y luego fue la agresión física contra otra que fue asaltada por uno de los miembros de la logística de Greystar, todos los cuales usaban chaquetas naranja. Esta última agresión física se pondrá en pleno conocimiento de las autoridades competentes.
Así entonces se tiene un escenario que resultó en un fiasco de audiencia, que no se puede pretender utilizar para cumplir una mera formalidad legal y para acallar las voces divergentes. Voces que son muchas ya que estamos hablando de un proyecto sumamente dañino para el medio ambiente y, de manera directa, para la vida misma de muchísimos santandereanos. Para no hacer más largo este post se omitirán las graves consecuencias políticas, económicas y sociales que esto tendrá para la región y para un país que cada vez es entregado al extranjero, mientras ignora a los colombianos.
Por último hago un llamado a la cordura a los señores ejecutivos canadienses de Greystar Resources, pues evidentemente ellos no querrán que en su Canadá se enteren de su matonismo ni de sus actuaciones gansteriles, puesto que ese es un país civilizado y respetuoso de los derechos humanos en donde esta información tendrá repercusiones en el giro normal de sus negocios. De por sí
la comunidad internacional ya se ha pronunciado al respecto y
muchos ojos están encima del caso.
A título personal invito a la solidaridad de todos los receptores del presente para que informen de todo lo ayer acaecido a la Embajada de Canadá en Colombia, al Ministerio del Medio Ambiente y al gobierno canadiense; y que además le hagan saber a Greystar Resources su rechazo a este proyecto que ellos denominan Angostura. Para allegar las comunicaciones ver:
Embajada de Canadá en Colombia: re-immigration.bogota@international.gc.ca
Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial: correspondencia@minambiente.gov.co
Gobierno del Canadá: sitecanadasite@canada.gc.ca (en inglés o francés).
Greystar Resources: vvargas@greystarresources.com
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