25 de marzo de 2010

EL DERECHO INTERNACIONAL Y LA INDEPENDENCIA PALESTINA: VISTAZO DESDE PALESTINA
















Con las autoridades palestinas de Ramala buscando el reconocimiento del Estado Palestino en las Naciones Unidas, es importante considerar que significaría ello tanto para los palestinos como para el resto del mundo.
Los estados son los protagonistas predominantes de la comunidad internacional. Ellos son los actores principales, los que crean, implementan y son sujeto del Derecho Internacional –un sistema de reglas inicialmente establecido por los estados occidentales que ahora es ampliamente aceptado como regulador de las relaciones entre todos los estados.
La calidad de Estado tendrá un efecto significativo en la manera como Palestina es considerada y tratada por la comunidad internacional, por esto es importante analizar el derecho que los palestinos tienen a un estado y lo que ello significa. El Derecho Internacional provee de un común denominador que puede ser usado para resolver esto.
Como la Asamblea General carece de la capacidad de hacer algo más que recomendaciones, el punto de partida para un Estado palestino o para su independencia no es la Resolución 181 de las Asamblea General que recomienda la creación de dos estados en el territorio palestino. En lugar de ello es el derecho a la autodeterminación que el pueblo palestino tiene como habitante originario de Palestina. Este derecho es tal vez el derecho humano más resaltado en la ONU. Es el único reconocido expresamente en la Carta de las Naciones Unidas, particularmente en los artículos 1, 55 y 73. El derecho a la autodeterminación es una parte esencial –para muchos estados la más esencial- del Derecho Consuetudinario Internacional y ha sido declarado uno de los principios básicos del mismo en la Declaración de la Asamblea General de la ONU de los Principios del Derecho Internacional sobre la Cooperación y Relaciones Amistosas entre los Estados.
La Asamblea General de la ONU ha reconocido de manera explícita el derecho a la autodeterminación como aplicable a la situación del pueblo palestino por más de 30 años. Con este fin ha establecido el Comité para el Ejercicio de los Derechos Inalienables del Pueblo Palestino en 1975 para que trabaje en pos de la realización de este derecho. Este derecho provee a todos los pueblos, incluido el palestino, la capacidad de determinar su propio futuro. Derecho que además no fue respetado por los israelíes en el territorio palestino cuando unilateralmente declararon su Estado violando el derecho palestino a la autodeterminación. La autodeterminación como derecho es preexistente a cualquiera de los esfuerzos israelíes por ocupar el territorio palestino. Este es un derecho del que todos los palestinos son titulares y por ende libres de ejercerlo según el Derecho Internacional desde al menos la década de 1920 ya que es un derecho presente en la totalidad del territorio sobre el Cual la Liga de Naciones aprobó el Mandato Británico en 1922.
Lo anterior no significa que los palestinos tengan que ejercer ese derecho, pero si ellos desean hacerlo tienen toda la titularidad para ello. No necesitan el permiso de nadie. De hecho, hoy en día más de la mitad de los estados de la comunidad internacional reconoce a Palestina como otro estado.
Aunque Palestina desde ya es considerada como un Estado por la mayoría de la comunidad internacional, las consecuencias de su reconocimiento por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas conllevaría a un aumento significativo de los derechos y los deberes de Palestina. Una manera de entender cómo y por qué ello sería así es analizando los elementos constitutivos de un Estado y lo que significan.
De acuerdo con el Derecho Consuetudinario Internacional, en particular el consagrado en la Convención de Montevideo sobre los Derechos y Deberes de los Estados de 1933, un Estado debe tener: a)población permanente; b)un territorio definido; c)un gobierno; y d)la habilidad de mantener relaciones externas con otros estados. Hay muy pocas dudas acerca del cumplimiento de estos criterios por parte de Palestina, es más, el 15 de noviembre de 1988 cuando los principales líderes de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) declararon a Palestina como un estado independiente para asegurar “la unión eterna entre sí misma, su tierra y su historia”, ellos indudablemente creían que esos criterios estaban satisfechos.
Palestina efectivamente tiene una población permanente. Esta incluye no solo los más de cuatro millones de palestinos que se estima viven en la Franja de Gaza y en la Ribera Occidental, sino que también se debe incluir el estimado de más de tres millones que han sido desplazados forzosamente o que se han visto obligados a volverse israelíes por la inclusión de sus tierras bajo la jurisdicción de Israel. Mientras que los palestinos de la Franja de Gaza y la Ribera Occidental llenan el requisito de la población permanente, la totalidad de los siete millones de palestinos en el mundo tienen derecho a la nacionalidad palestina y a vivir en Palestina si el gobierno de ese estado así lo considera.
De manera similar el territorio palestino está bien definido. No es el señalado en 1967 o aún el de 1948, sino que fue definido por el derecho a la autodeterminación del pueblo palestino. A menudo se considera que la ocupación de Palestina inició después de la guerra de 1967. La anterior suposición se hace con base en la cuestionada legalidad y legitimidad con que la ONU manejó la situación. La decisión del Consejo de Seguridad demandando un cese a l fuego después de la guerra de 1967 y la decisión de la Asamblea General de crear dos estados separados en el territorio habitado por los palestinos dieron la impresión de que Israel solo viola el derecho palestino a la autodeterminación al ocupar la Franja de Gaza y la Ribera Occidental de manera posterior a la guerra de 1967. Una mejor fecha legal para señalar el inicio de la ocupación es la del 14 de mayo de 1948, cuando Israel declaró el Estado Judío. Esta es la fecha en la cual, para efectos legales, Israel tomó la tierra palestina; además actuó de un modo que dejó claro su intención de negarle al pueblo palestino su derecho a la autodeterminación.
El hecho de que la ONU subsecuentemente haya ratificado la existencia de Israel como estado en la comunidad internacional no puede abolir el derecho a la autodeterminación palestino. Del mismo modo es incapaz de cambiar las fronteras dentro de las cuales este derecho puede ser ejercido. Incluso si Israel continúa su expansiva ocupación sobre el pueblo palestino, esto tampoco puede extinguir su derecho a la autodeterminación sobre todo el territorio bajo el mandato de la Liga de Naciones, mucho menos cuando en parte de ese territorio los hashimitas, también habitantes originarios, fundaron Jordania como su propio estado en ejercicio de su derecho a la autodeterminación.
Tampoco acá se afirma que los palestinos tengan que reclamar como su hogar a la totalidad del territorio bajo el mandato de la Liga de Naciones. Ellos pueden negociar parte de la tierra si así lo desean. Pero no se les puede negar el derecho a hacerlo en primer lugar, y la comunidad internacional no puede negar, bajo el amparo del derecho internacional, que las fronteras palestinas están basadas legalmente en aquellas existentes antes de 1948 cuando Israel se proclamó a sí mismo como un estado.
Una consecuencia muy importante del comprender a las fronteras palestinas de esta manera es que cualquier cambio a las mismas debe ser negociado a partir de ese presupuesto legal. Por lo tanto, si los palestinos desean reconocer a Israel deberían saber que estarían cediendo los derechos que tienen en virtud del derecho internacional. Sin embargo y tal vez, esta transacción valga la pena si conlleva a la consecución de una paz duradera.
Consecuentemente, es plenamente posible que el pueblo palestino acepte las fronteras de 1948, las de 1967 o cualquiera que al fin decidan. Lo anterior significaría, por ejemplo, que si es necesario podrían entrar a negociarse unas fronteras territoriales totalmente nuevas, tal vez con el fin de viabilizar los dos estados en lugar de una división del mismo. Lo que es claro es que Palestina tiene fronteras definidas. Inclusive si esas fronteras están en disputa, esa es una cuestión aparte que no impide la declaratoria como estado porque legalmente las fronteras existen.
De manera similar, a pesar de la continua disputa entre las autoridades palestinas de Ramala y las de Gaza, palestina indiscutiblemente tiene un gobierno. Este gobierno está actualmente dividido entre las autoridades en Gaza que son n conocidas por su alineación con Hamas, un movimiento de liberación cuyos candidatos del partido Paz y Cambio ganaron las elecciones para la Autoridad Palestina como gobierno de los palestinos. El modo como se adelantaron esas elecciones se basó en lo previsto en los Acuerdos de Oslo con respecto a la Autoridad Palestina y su poder para gobernar a los palestinos. Desafortunadamente esos acuerdos han sido repetidamente ignorados, pero nadie puede ignara el hecho de que los candidatos de Hamas fueron los ganadores de una elección libre y justa que reflejó la voluntad del pueblo palestino.
La otra parte del gobierno son la autoridades de Ramala quienes primeramente se rehusaron a colaborar con el gobierno electo y después intentaron defenestrarlo, sólo para terminar siendo objeto de reproches y además expulsados de Gaza. Sólo el presidente electo, Mahmoud Abbas, ha finalizado ya su período sin que se haya realizado la nueva elección, aunque las mismas están programadas para el año 2010.
De la misma forma que Hamas el Fatah (controlado por la OLP) es un movimiento de resistencia. Fue fundado en 1964 y reconocido en 1974 como un Movimiento de Liberación Nacional (MLN) con estatus de observador en la ONU. Este organismo también ha reconocido que los MLN’s son los titulares de las luchas contra las ocupaciones externas y opresivas, lucha en la cual incluso se puede llegar al uso de las armas. En virtud de lo anterior se tiene que si bien el uso de la fuerza contra un estado miembro de la ONU es una violación a la ley internacional, se excepciona de ello a los MLN’s cuando luchan por la autodeterminación. Sin embargo esos movimientos sí deben respetar el DIH al hacer uso de esa fuerza.
El hecho de Hamas y Fatah/OLP se encuentren divididos no significa que Palestina no tenga un gobierno, simplemente que la autoridad de ese gobierno se halla en disputa. La disputa se da entre líderes palestinos electos por el pueblo y aquellos que no lo han sido. Los palestinos tendrán que resolver esta disputa para alcanzar todo su potencial, pero ello no obsta para su reconocimiento como estado.
Finalmente, la habilidad palestina para entablar relaciones internacionales ha sido ampliamente reconocida. Tal y como ya se señaló, más de la mitad de los estados de la comunidad internacional reconocen a Palestina como estado también. Esta es la principal manera de reconocer que se pueden entablar relaciones internacionales.
El resto de los 21 estados de la Liga Árabe, por ejemplo, reconocen a Palestina como un estado. También lo hacen los otros 56 estados de la Organización de la Conferencia Islámica.
Palestina tiene representación en más de cien estados. La mayoría de sus representantes son de la OLP, pero las autoridades de Gaza ya están estableciendo sus propias oficinas de representación. Desde 1982 la Oficina de Asunto Legales de la ONU concluyó que, “una abrumadora mayoría de estados reconocía formalmente a la OLP como representante del pueblo palestino y habían establecido contactos directos basados en la bilateralidad, en ocasiones incluso concediendo el estatus diplomático a los mismos.”

Aunque ya se aclaró que Palestina reúne todos los criterios para su reconocimiento como estado, falta analizar lo que ello significa.

En primer lugar, ello significa que palestina se unirá a la comunidad internacional de estados como un igual, lo que incluye el respeto por su soberanía territorial y su integridad política como cualquier otro estado.

Lo anterior incrementaría la presión sobre Israel para que se retire de al menos algunos de los territorios palestinos que actualmente ocupa, pero también incrementará la presión sobre los palestinos para que aseguren el control sobre la totalidad de su territorio y de las personas que lo habitan. Esta obligación sobreviniente no va a ser fácil de cumplir a menos que los palestinos definan su gobierno de manera tal que todos respondan frente a un gobierno unificado.

Como estado, Palestina tendría que ejercer poderes policiales en la totalidad del territorio al interior de las fronteras que la constituyen como Estado en la Ribera Occidental y en la Franja de Gaza.

También tendrá Palestina, en su calidad de estado, los argumentos suficientes para remover, incluso por la fuerza, a los asentamientos israelíes dispersos por toda la Ribera Occidental. Como estado podría tener su propio ejército y negociar bienes y armas con cualquier otro estado.

Si el Consejo de Seguridad lo recomienda y la Asamblea General, acorde al artículo 4° de la Carta de la ONU, decide admitir a Palestina como estado miembro de la ONU, esta podrá participar de manera plena en ese organismo, tal y como ya lo hace en la Liga Árabe y en la Organización de la Conferencia Islámica. De hecho Palestina ya está reconocida como miembro pleno del Grupo de Estados de Asia en la ONU y en virtud de ello a menudo resulta proponiendo e influenciado Resoluciones de la ONU. El ser un estado miembro también le daría derecho de voto en Asamblea General y otras decisiones de la ONU al Estado Palestino.

Hasta este momento, los representantes palestinos ante la ONU, como la mayoría de sus representantes internacionales, han sido elegidos por Fatah/OLP. Ellos señalan, de manera correcta, que ellos representan a Palestina como MLN lo que les ha dado el estatus de observadores. Pero si efectivamente Palestina llega a ser un estado de la ONU, entonces la decisión será si se permitirá que los gobernantes electos por el pueblo palestino designen a los representantes ante la ONU, o si se permitirá que unos palestinos no electos, y rechazados por el pueblo palestino, continúen decidiendo quien los representa. Esta es una decisión que ambos deben tomar, el pueblo palestino y la ONU.

Mientras el papel de Palestina se verá formalmente realzado al interior de la ONU, será difícil aumentar el nivel de reconocimiento que Palestina ya disfruta por parte de una abrumadora mayoría de estados. El hecho de que Palestina sea un par entre pares podría inclusive traer una competición política que enrarecería el ambiente hacia ella en la ONU. Ello también haría de Palestina un estado contraparte e igual con el que Israel puede negociar sin que para ello importe que Palestina reconozca o no a Israel como estado. De manera importante esto llevaría a que se use la ONU como foro de negociaciones y no a los que de manera parcializada promueven los EEUU y sus aliados occidentales, negociaciones que versarían sobre una cuerdo final a la disputa entre Israel y Palestina. En realidad que cualquier otro foro diferente a la ONU sirva para ello parece improbable.

Así es que el reconocimiento de Palestina como estado por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas ampliará el reconocimiento que ya les ha sido otorgado por la mayoría de estados de la comunidad internacional. También contribuirá a finalizar con el mito aceptado por una pequeña minoría del mundo –y a veces por los mismos palestinos- por más de 60 años: que el poder proporciona el derecho y que Israel es indivisible.

Curtis F.J. Doebbler (Profesor de Derecho de la Universidad Nacional An-Najah de Nablús, Palestina)

Noviembre 27 de 2009.

Nota: Traducción libre del autor del blog.

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